Martillos 4.0
Confieso que me he metido con la Industria 4.0.
La he calificado de moda y también he dicho que nos quedan revoluciones más interesantes.
A ver, que no tengo nada en contra de los Cobots o del Internet de las cosas, más bien al contrario.
Quizá debiera puntualizar que no soy muy partidario de la aproximación que se le da a menudo a esta materia, a esta ola de que todo es y todo debe ser 4.0. Considero que devalúa su verdadero valor y que lo puede desgastar por aburrimiento como les ha pasado a otras causas nobles como la calidad, la excelencia, el LEAN…
Porque no, no todo es 4.0.
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Colgar la información en un compartido o montar un ERP es un avance, pero no es 4.0.
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Automatizar una línea de producción con sensores y actuadores o robotizarla supone esfuerzo, inversión y producirá un beneficio, pero no es 4.0.
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Monitorizar la línea anterior con un SCADA es muy visual y moderno, pero no es 4.0.
Estás implementando tecnologías maduras que llevan décadas entre nosotros. Posiblemente sean perfectas para lo que necesitas, pero eso no es Industria 4.0, ni falta que hace. Otra cosa es que llamándolo así consigas una merecida subvención que te ayude con la inversión, ahí ya no me meto.
Porque no todo debe ser 4.0.
Al igual que tener un martillo no hace que todos tus problemas sean un clavo (*), disponer de estas herramientas NO implica que vayan a solucionar tu problema. Tendrás que analizar tu situación actual, a donde quieres llegar y elegir la escalera que mejor te lleve allí. Puede ser una nueva tecnología, una madura o algo más simple.
Eso sí, como técnico creo que debes saber que estas nuevas tecnologías 4.0 están disponibles en el catálogo de soluciones, y conocer un poco de que van y que pueden ofrecer. Aunque sólo sea por curiosidad porque te aseguro que son apasionantes.
Y oye, igual alguna te encaja como un guante.