La verdad es que están muy relacionados entre ellos: la sobreproducción lleva al inventario, los defectos al movimiento, el transporte a esperas… Así que no es raro verlos actuar en grupo, en situaciones que llevan varios implícitos, apoyándose unos en otros y provocando sus “sinergias”.
Es lo que denomino contenedores de desperdicio.
Voy a hablar de 2 que se dan sobre todo en oficinas, para que no digan que el LEAN es solo cosa de fabricación.
Interrupciones
Esto os pasa ¿no? Estáis inspirados, siendo superproductivos en una tarea y viene alguien a interrumpirte con otra historia, o suena el teléfono, o te la buscas tú mismo mirando el mail… y te han cortado.
No es sólo el tiempo de atender ese asunto o a esa persona, es lo que cuesta retomar la tarea con el nivel de concentración en que estabas.
Si, como algunos estudios afirman, concentrarse nos lleva 15 minutos; 4 interrupciones nos cuestan 1 hora de trabajo, y 32… la jornada completa, aunque apenas nos lleven tiempo.
O visto con las gafas de ver desperdicio:
Estamos haciendo esperar la tarea que teníamos entre manos, añadiendo un trabajo extra sobre el ideal para retomar el hilo, multitud de movimientos para atender la interrupción y luego volver, falta de concentración que lleva a cometer defectos… me salen al menos 4 desperdicios.
Reuniones
Otra que no sorprende a nadie.
Todos hemos participado en reuniones de horas en las que no se avanza, y sales sin tener muy claro cual era el objetivo o qué hay que hacer ahora. Como si los últimos minutos sobrasen y hubiesen sido “de basura”… o la última hora… o toda la reunión.
Si visualizamos la cadena de valor como un río que fluye, las reuniones serían como grandes presas que estancan el agua.
O visto con las gafas de ver desperdicio:
Estamos provocando una espera del trabajo pendiente y gastando muchos más movimientos de las personas de los mínimos necesarios. Pero sobre todo, estamos sobreprocesando el producto, aplicándole recursos innecesarios y dando vueltas y vueltas sobre el mismo tema. Al menos 3 desperdicios.
Reconozco que estos 2 eran fáciles, a nada que nos pongamos a pensar se nos hubieran ocurrido a cualquiera, y aparecen en todos los manuales de productividad.
Así que ahí va un reto más difícil:
¿Existe el contenedor perfecto? ¿El 7/7 de los desperdicios? ¿Uno único que los contenga a todos?
