Vivimos rodeados de cables: el cargador del móvil, los auriculares, la alimentación del ordenador, un alargador…
Parecen algo sencillo: un elemento físico, casi unidimensional, que conecta el punto A con el B. Se podrían representar con una línea recta.
Sin embargo, junta 4 cables en el mismo cajón, y deja que durante la noche el caos haga su trabajo. A la mañana siguiente no tienes precisamente 4 líneas rectas, más bien un nudo gordiano donde es muy difícil encontrar un principio y un fin.
Si te pidieran ahora que con uno de esos cables conectases el punto A con el B, la tarea de desenredar uno a uno los cables te parecería tan tediosa que preferirías pedir a otra persona el cable prestado (alguien más ordenado/a que tú).
Y sin embargo, sabes que dentro de esa maraña sólo hay 4 sencillos cables que se podrían representar por 4 líneas rectas.
¿No sucede algo parecido en nuestras empresas? ¿No has tenido nunca la intuición de que en el fondo de ese caos organizativo y esa maraña de procedimientos, relaciones, y flujos de información y materiales, hay 4 sencillas líneas rectas?
No es una intuición. Existen. Se llaman PROCESOS.
Y lo siento por ti si has escuchado su grito sordo pidiendo ser liberados… te toca deshacer el nudo.
Ingeniero Industrial | Freelance | Experto en Planificación y Procesos
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