El de Casandra es un mito griego ambientado en la época de la Ilíada de Homero.
Casandra vivía en Troya y era sacerdotisa del templo de Apolo. Este le concedió el don de la profecía: podría ver el futuro.
Casandra utilizaría este don para servir a su pueblo: actuaría como oráculo para prever las desgracias que podían acontecer, y tomar acciones para evitarlas o mitigarlas.
Aunque tratándose de griegos, el tema tenía que acabar en tragedia. Apolo se enamoró de Casandra, pero fue rechazado por ella. Despechado, escupió en su boca una maldición, retirándole el don de la persuasión: Casandra podría ver el futuro, pero nadie creería sus palabras.
Predijo la desgracia que el príncipe Paris iba a traer a la ciudad si viajaba a Grecia. Pero nadie la creyó.
Y vaticinó que no iba a ser buena idea meter el dichoso caballo dentro de los muros. Pero nadie la creyó.
Incluso pudo anticipar su propia desgracia, pero no voy a seguir haciendo spoiler.
¿Y qué hace Casandra en el apartado de planificación de un blog?
Te doy otra pista:
El mito de Casandra ha llegado hasta nuestros días en la forma de complejo o síndrome. En psicología se utiliza el término «Síndrome de Casandra» para describir a quien cree que puede ver las desgracias del futuro, pero no puede hacer nada por evitarlo, porque nadie le hace caso.
¿Te empieza a sonar familiar? Una persona que planifica no es que adivine el futuro, ya que no tiene el don de la profecía, pero conoce los caminos que lleva el presente e intuye hacia dónde van. Y no siempre van bien.
¿Qué puede hacer con esa información? Tomar medidas si están en su mano o levantar el banderín de alarma si las medidas dependen de otro.
Pero ¡ay! como el traicionero dios del optimismo y del «ya recuperaremos en lo que queda, tu aprieta el plan» escupa en su boca. El resto de la ciudad hará más caso a ese dios que al agorero (esta vez del latín, augurium), y la desgracia no podrá ser evitada.
Cómo nos gusta centrarnos en los problemas de hoy (otro síndrome, el de bombero apagafuegos) y pasar de los futuros hasta que se convierten en ineludibles. Es humano, pero muy poco práctico.
Y planificar sólo te habrá servido para estar más tiempo preocupado.
PD:
O preocupada: el Síndrome de Casandra también es utilizado como metáfora del silenciamiento de las mujeres a lo largo de la historia.
Ingeniero Industrial | Freelance | Experto en Planificación y Procesos
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El asunto de la Planificación en la Historia viene de lejos. ¿Desde cuando?
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