¿Seguimos fabricando como artesanos?
Comentaba hace un tiempo en la entrada Industria 1.4, 3 factores para catalogar nuestra fabricación, como un test para valorar de 0 a 10 la posición de tu producto.
En un extremo estaría la fabricación artesanal (0), y el opuesto la fabricación en serie (10).
Nuestro producto estaría en algún punto intermedio en cada uno de estos factores:
1) Repetitividad:
Producto único y a medida (0) vs series de productos iguales (10)
2) Especialización:
Artesano que controla el proceso de principio a fin (0) vs especialistas o máquinas por etapa (10).
3) Decisión de compra:
Exclusividad (0) vs Precio (10).
¿Podrías valorar tu empresa del 0 al 10 en estas 3 categorías?
Pero ojo, que tiene trampa: el resultado final no es la media. Hay un factor que pesa mucho más que los otros 2.
Y es el que menos depende de ti, ya que viene impuesto por un tirano externo. Se trata por supuesto del precio, y a no ser que te dediques al mundo de la alta costura o la joyería, me temo que el valor en este factor será cercano a 10.
No tengo duda de que la mayoría de bienes (y servicios) que producimos son “de balda”, y que el cliente que valora en su compra es el precio. Y que son muy pocas las empresas que pueden influir en esta variable imponiendo su precio. Para la mayoría, es una condición fija de contorno.
En lo que sí tengo mis dudas es en los otros 2 factores: ¿Están del todo alineados con esta realidad? ¿Han puntuado alto también o tienen valores menores que 5?
Piénsalo:
-
Consideramos que nuestro sector es especial y la manera de fabricar nuestro producto la única posible. Seguro que el cliente lo valora…
-
Encarecemos el producto en cada etapa de fabricación introduciendo especificidades, como si fuese único y a medida. Quizá tengamos un concepto erróneo de la personalización.
-
Hacemos un seguimiento por pedido, y si se retrasa sacrificamos los menos urgentes para llegar en fecha, provocando nuevos pedidos con retraso.